Pensamientos Inspirativos
De Paramahansa Yogananda



Dios está en el corazón y el alma de todos los seres. Cuando abras dentro de ti el templo secreto del corazón, podrás leer el libro de la vida con la intuición omnisciente del alma. Entonces, y sólo entonces, establecerás contacto con el Dios vivo y le sentirás como la esencia misma de tu ser. (En el Santuario del Alma)
El templo de Dios está dentro de tu alma. Penetra en esa quietud y permanece allí en me-ditación, con la luz de la intuición brillando sobre el altar. En ese lugar sagrado no hay intranquilidad, ni búsqueda, ni esfuerzo alguno. Sumérgete en el silencio de la soledad. (En el Santuario del Alma)
Cuando las pruebas me resultan muy grandes, intento entenderlas primero dentro de mí: no culpo a las circunstancias, ni pretendo corregir a los demás. Antes de hacer ninguna otra cosa, indago primero en mi interior e intento limpiar la ciudadela de mi alma, para eliminar cualquier obstáculo que obstruya la expresión todopoderosa y omnisciente del alma; ésta es la forma de vivir exitosamente. (En el Santuario del Alma)
Si vives con el Señor, te curarás de los engaños de la vida y de la muerte, de la salud y de la enfermedad. Permanece en el Señor; siente su amor, y nada temas. Sólo en Dios – en el castillo de su presencia – podemos encontrar protección. En verdad, no existe refugio más seguro que el gozo de estar en su compañía, pues cuando estás con Él nada puede dañarte. (En el Santuario del Alma)
Dios siempre responde cuando oras profundamente, con fe y determinación. A veces res-ponde sugiriendo un pensamiento en la mente de otra persona capaz de realizar tu deseo o satisfacer tu necesidad: esa persona se convierte así en el instrumento divino para que se produzca el resultado deseado. Por lo general no te das cuenta cuán maravillosamente funciona ese gran poder: su acción es tan segura y precisa como las matemáticas, es decir, sin el más mínimo atisbo de duda o vacilación. Ése es el significado de las palabras de la Biblia cuando dice que la fe constituye la prueba de la existencia de realidades que no se ven. (En el Santuario del Alma)
Tu problema al meditar consiste en que no perseveras lo suficiente como para obtener resultados y, por eso, nunca llegas a conocer el poder de una mente concentrada. Si dejas que el agua fangosa repose durante un tiempo prolongado, el lodo se depositará en el fon-do y el agua quedará clara. En la meditación, cuando empiece a asentarse el fango de tus pensamientos inquietos, el poder de Dios comenzará a reflejarse en las aguas claras de tu conciencia. (En el Santuario del Alma)
Cuanta mayor sea la paz que sientas en la meditación, más próximo estarás a Dios. Él se acerca a ti cada vez más a medida que profundizas en la meditación. La paz de la medita-ción constituye el lenguaje del Señor y su confortante abrazo. (La Paz Interior)
Pregúntate cuál es el propósito de tu vida. Has sido hecho a imagen de Dios; ése es tu verdadero Ser. Tomar plena conciencia de la imagen de Dios que mora en tu interior sig-nifica alcanzar la victoria final: el gozo infinito, la satisfacción de cada uno de tus deseos, y el triunfo sobre todas las dificultades del cuerpo y los desafíos del mundo. (La Paz Interior)

Si eres capaz de conservar la paz interior, has logrado tu victoria suprema. Independien-temente de cuál sea tu situación en la vida, jamás te sientas justificado para perder la paz. Cuando ésta te abandona y no puedes pensar con claridad, has perdido la batalla. Si nunca malogras tu paz, te darás cuenta que la victoria te acompaña siempre, con independencia de cómo se resuelvan tus problemas. Ésa es la forma de conquistar la vida. (La Paz Interior)
Por medio de la meditación científica del yoga, establece tu palacio de paz sobre el ci-miento perenne de la indestructible paz interior de Dios. (La Paz Interior)
La primera manifestación de la presencia de Dios consiste en un sentimiento de paz inefable, que luego se transforma en un gozo humanamente inconcebible. Una vez que hayas establecido contacto con la Fuente de la verdad y de la vida, la naturaleza entera te obedecerá. Al encontrar a Dios en tu interior, le encontrarás también a tu alrededor, en todos los seres y en todas las circunstancias. (La Paz Interior)